Ayer, martes 12 de noviembre, nuestra comunidad salesiana vivió uno de los momentos más significativos y solemnes del año: la Misa de Despedida de los alumnos de cuarto medio, un evento que simboliza el cierre de un capítulo lleno de aprendizajes y la apertura de nuevos caminos en la vida de nuestros jóvenes. La ceremonia se celebró en la Parroquia San Juan Bosco y fue presidida por el Padre Director, Juan Pablo Moreno Rojas, quien, con gran respeto y cercanía, dedicó palabras profundas a los presentes.
La parroquia se llenó de familias, amigos, profesores y asistentes de la educación, todos unidos en torno a la fe y la gratitud por el camino compartido. La misa, emotiva y llena de simbolismos, fue un espacio para agradecer a Dios por cada experiencia vivida y por el crecimiento de cada estudiante en el camino salesiano. Fue una jornada en la que todos quienes acompañaron a estos jóvenes pudieron expresar sus sentimientos de orgullo y alegría, por haber sido parte de su historia, de su formación y de su vida en nuestra comunidad.
El Padre Juan Pablo Moreno Rojas resaltó, con la sensibilidad y el respeto que lo caracteriza, la importancia del apoyo familiar en este proceso, recordando a cada uno de los presentes el papel fundamental que tienen en la formación de “buenos cristianos y honestos ciudadanos”. Su mensaje, cargado de bendiciones y buenos deseos, instó a nuestros estudiantes a recordar siempre los valores aprendidos y a llevar consigo el espíritu salesiano en cada paso que den en esta nueva etapa de sus vidas. La familia, como cimiento de estos valores, fue honrada con palabras de gratitud por su dedicación y presencia constante.
En este momento tan significativo, donde el altar de la parroquia cobró un simbolismo especial, nuestros estudiantes también participaron activamente en la misa, algunos de ellos llevando las ofrendas y otros expresando sus intenciones y agradecimientos. La ceremonia se llenó de símbolos que recordaron la identidad salesiana: desde la figura de Don Bosco que presidía el altar, hasta las palabras del Padre Director, quien enfatizó que esta no es una despedida definitiva, sino el inicio de una nueva etapa, donde cada joven lleva consigo el sello del amor, la fe y la educación salesiana.
La misa concluyó con una bendición que fue recibida por cada estudiante y sus familias como un símbolo de protección y guía para el futuro. Con profundo respeto y emoción, la comunidad salesiana despide a sus alumnos, confiando en que serán embajadores de los valores y enseñanzas de Don Bosco, llevando en su corazón la misión de hacer el bien y contribuir al mundo con generosidad y honestidad.
Al finalizar, las familias y los estudiantes se unieron en un cálido abrazo, recordando que, aunque el camino en el Colegio Salesiano Valparaíso llegue a su fin, siempre serán parte de esta gran familia salesiana.
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