El jueves 8 de mayo de 2025 será recordado como un día de profunda trascendencia para la Iglesia Católica y para todos los fieles del mundo. Tras dos días de cónclave, los cardenales electores, reunidos en la Capilla Sixtina, eligieron al nuevo sucesor de Pedro: el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, de la Orden de San Agustín, quien ha adoptado el nombre pontificio de León XIV.

Esta elección marca un hito en la historia de la Iglesia: es la primera vez que un pontífice proviene de los Estados Unidos, y además, de una profunda trayectoria misionera en América Latina. La elección de León XIV se da en continuidad con el camino de renovación iniciado por su predecesor, el Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. Su figura representa un puente entre la experiencia eclesial del norte y del sur global, con un corazón profundamente pastoral, misionero y enraizado en la vida concreta de las comunidades.

Un camino de servicio: la vida de Robert Prevost antes del papado

Robert Francis Prevost nació en Chicago, Estados Unidos, el 14 de septiembre de 1955, en el seno de una familia de raíces francesas y españolas. Desde joven sintió una fuerte vocación por la vida consagrada, ingresando a la Orden de San Agustín, donde fue ordenado sacerdote en 1982. A los pocos años, partió como misionero a Chiclayo, Perú, lugar que marcaría profundamente su vida y espiritualidad.

Durante casi dos décadas, Prevost acompañó comunidades locales, formó religiosos, defendió los derechos de los más vulnerables y se integró de lleno en la vida pastoral latinoamericana. Fue nombrado Obispo de Chiclayo en 2015 por el Papa Francisco, y posteriormente fue llamado a Roma en 2023 como Prefecto del Dicasterio para los Obispos, una de las más altas responsabilidades en la curia vaticana. Allí destacó por su discernimiento, prudencia y capacidad para acompañar procesos eclesiales complejos con sensibilidad y profundidad.

El cónclave y una elección con sabor a Pueblo de Dios

Tras el fallecimiento del Papa Francisco, se convocó al cónclave en Roma, reuniendo a 133 cardenales electores de los cinco continentes. Luego de cuatro rondas de votación y múltiples jornadas de oración y discernimiento, el Espíritu Santo guió la elección hacia un perfil pastoral, misionero y abierto a los desafíos del mundo actual.

La elección de Prevost fue acogida con una ovación y profunda esperanza por parte del Pueblo de Dios. Al salir al balcón central de la Basílica de San Pedro, y dirigirse al mundo como León XIV, compartió un mensaje breve pero lleno de simbolismo:

"Necesitamos una Iglesia con corazón de madre, que escuche, que sane y que abrace. Que no tema ensuciarse los pies para acompañar al otro.”

Su nombre pontificio, León, evoca a León XIII, uno de los grandes pontífices del siglo XIX, quien publicó la célebre encíclica Rerum Novarum que marcó el inicio de la Doctrina Social de la Iglesia. Al adoptar este nombre, León XIV parece anticipar una línea de pontificado que seguirá profundizando en la justicia social, el cuidado del mundo del trabajo, la dignidad humana y la inclusión.

Un Papa con alma latinoamericana y corazón salesiano

Para nuestra comunidad salesiana, esta elección resuena de manera muy especial. La experiencia pastoral del nuevo Papa en América Latina, su cercanía con jóvenes, comunidades populares y su conocimiento profundo de las realidades educativas, se entrelazan con el carisma de Don Bosco.

León XIV ha sido testigo directo del poder transformador de la educación técnica, humana y espiritual, acompañando a jóvenes en situación de vulnerabilidad, tal como lo hacía el padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco. Este nuevo pontificado ofrece una oportunidad histórica de fortalecer el compromiso eclesial con los jóvenes, con los pobres, con el mundo educativo, y con la formación de “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.

En su primer discurso como Papa, también resaltó el valor de la familia como Iglesia doméstica, de la escucha activa y del papel esencial de los educadores y formadores. Todos estos elementos resuenan con fuerza en nuestra comunidad educativa pastoral, y nos invitan a renovar con entusiasmo nuestro compromiso de evangelizar educando.

Una esperanza que camina con nosotros

La elección de León XIV no es solo un acontecimiento institucional: es un llamado profundo a seguir caminando como Iglesia sinodal, abierta, esperanzada y valiente. En un tiempo de cambios, desafíos culturales y sociales, su figura representa un liderazgo humilde y al mismo tiempo decidido, capaz de dialogar con el mundo moderno sin perder el centro en el Evangelio.

Invitamos a toda nuestra comunidad educativa salesiana a orar por el nuevo Papa, a conocer su vida, sus enseñanzas, y sobre todo, a sentirnos parte activa de esta historia viva de fe que continúa. Así como San Juan Bosco soñó con una Iglesia que acompañara a los jóvenes en su crecimiento integral, hoy León XIV nos muestra que ese sueño sigue vivo, caminando con nosotros desde Roma hasta Valparaíso.

Área Comunicaciones - Salesianos Valparaíso